El 7 de julio Sean Sherk fue sancionado por su positivo por nandrolona en el control antidopaje posterior a su combate ante Hermes Franca, del que resultó ganador, y en el que consiguió retener el cinturón de los pesos ligeros de UFC.
La sanción impuesta por la CSAC ascendía a un año de suspensión, y una multa de $2,500. Desde entonces, el luchador siempre ha defendido su inocencia, mostrándose impaciente por que llegara el momento de poder apelar la sanción y limpiar su nombre.
El proceso ha estado lleno de luces y sombras, especialmente cuando hasta en dos ocasiones se aplazó la fecha estipulada para su comparecencia ante el comité de apelación.
Finalmente, hoy martes se ha revisado su caso, en lo que se puede calificar como una victoria pírrica para Sherk. En una primera vista, se ratificó la multa de $2,500 pero no la suspensión de un año. En segunda instancia, la propuesta de reducir la sanción a seis meses fracasó al estar tres jueces a favor y tres en contra. Pero finalmente, uno de los jueces cambió de parecer, con lo que la sanción deportiva quedó reducida a los mencionados seis meses.
Esto significa que el luchador podría volver al octógono a partir del 7 de enero. Pero lejos de mostrarse feliz, Sherk ha dejado patente su inconformidad con la decisión de la CSAC. Al fin y al cabo, en ella se supone que sí se dopó, y él quiere que su inocencia quede demostrada. Por ello, «The Shark» ya ha declarado que consultará con sus abogados la posibilidad de emprender medidas legales para llegar al fondo del asunto.
En otro orden de cosas, la apelación el japonés Kazuhiro Nakamura ha sido desestimada, por lo que se mantiene su sanción de 90 días y $500 de multa tras su positivo por consumo de marihuana.