El campeón olímpico de taekwondo en -58 kilos, Joel González, aseguró tras conseguir la medalla de oro en su estreno en unos Juegos que «no se pone techo» y confia en «no hacerlo nunca», puesto que «si se están haciendo bien las cosas, no hay por qué cambiar».
González aseguró «no haber renunciado a nada» en el camino que lo ha llevado, con tan sólo 22 años, a lograr dos Campeonatos del Mundo y otros tantos de Europa, una trayectoria brillante que se ha completado con el oro de Londres. «Por suerte vi que el primer Mundial me ha salido bien, al final si estás haciéndolo bien, no tienes por qué cambiar, son otros los que se tienen que amoldar a mí, los que tienen que cambiar para intentar ganarme», mantuvo.
Y es que según confesó, no se puso nervioso antes de la final contra el coreano Daehoon Leen: «Intento seguir el mismo tipo de línea y cuando realmente alguien me gane, cambiaré el chip». En su opinión, la clave de la final estuvo antes de salir al tatami del ExCel de la capital británica: «Mi compañero de entrenamiento, antes de salir a competir, me dijo ‘Joel, a ti se te dan bien las finales, hazlo como sabes, disfruta, disfruta de la gente que así seguro que saldrá bien'». «Y es eso, he salido a disfrutar, a intentar dar el mejor taekwondo que yo sé y al final ha salido de una forma perfecta», celebró.
No obstante, advirtió de que los rivales de hoy contaban con la máxima capacidad: «Los que estábamos aquí teníamos un altísimo nivel y hay que tener en cuenta que cada combate ha sido una final y que aunque haya habido combates que a lo mejor me disparé en el marcador, han estado muy igualados».
La definitiva, sin embargo, era la batalla final por el oro contra Daehoon Leen, que se decantó a su favor por 17-8: «Al final lo importante es que contra el coreano, un rival muy difícil, que venía casi sin perder ningún combate, he podido encontrarme en una final olímpica y he hecho este papel, no podía pedir nada más».