Originalmente escrito por Somantapalos
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Bueno, no he dicho que cada cual se meta lo que quiera, sino que se elimine la absoluta censura sobre este asunto y se produzca un debate serio. Eso a su vez permite conocer qué te estás metiendo, para qué sirve y en qué dosis, disminuyendo el riesgo. Actualmente hay un pequeño porcentaje de deportistas con equipos médicos detrás y un buen control de las sustancias. El resto irá desde aquellos bien informados y con dinero para medio acertar en lo que toman a los más ignorantes y pobres que se meterán vete tú a saber qué. Y lo que se requiere es poner fin a la adulteración.
Por otra parte, esos valores de los que hablas para mí se mueven en un círculo vicioso. Son valores positivos, de superación. Pero para que se produzcan existe una competición que requiere de entrenamientos y un calendario sobrehumanos, absolutamente imposibles de aguantar por nadie. Por lo que se necesitan ayudas químicas. Además esas ayudas químicas hacen imposible a su vez que alguien que no las tome pueda estar ahí. Así que no hay otra, no existe la opción de la limpieza. Pero si te pillan vulneras los valores y resultas un apestado, valores que se sustentan en una competición de entrenamientos y calendario sobrehumanos... (sigue el bucle).
El deporte profesional es, hoy por hoy, y no exagero, la historia de la evolución del dóping. No se entiende uno sin el otro.
A eso uno otro factor. Vivimos en una sociedad que por sus características no ofrece consuelo en el más allá. Esto es lo que hay. La vejez se prolonga con todos sus achaques, los padres cada vez tienen los hijos más y más mayores. Todo tiende a que la persona corriente obtenga cada vez con más frecuencia ayudas químicas para sobrellevar esto, para estar mejor. La evolución de las investigaciones harán que haya también cada vez sustancias más baratas e inocuas.
Así que al bucle que comentaba, con toda su hipocresía a cuestas, vamos a sumar a una población "suplementada" que sin embargo no consiente que aquel que ha de "suplementarse" con más razón que nadie lo haga, o se le puede linchar mediática y profesionalmente.
Estas sustancias proceden del ingenio humano, son asombrosas, y merecen conocerse y usarse con rigor, mesura y coherencia.
¿Cómo? No tengo ni idea, pero desde luego la situación actual me parece, a estas alturas, ridícula. Todo el mundo sabe que todos se dopan pero hacemos como que no lo sabemos y si pillamos a uno lo machacamos aunque estemos disfrutando de lo que hace y sepamos que se dopa pero si lo pillan... (otro bucle). Es que es absurdo, rematadamente absurdo. Y entre tanto, en la realidad, un altísimo número de deportistas, la mayoría, se están metiendo lo que pueden sin posibilidad de regular sus dosis ni conocer realmente los componentes y sus efectos.
Por otra parte, esos valores de los que hablas para mí se mueven en un círculo vicioso. Son valores positivos, de superación. Pero para que se produzcan existe una competición que requiere de entrenamientos y un calendario sobrehumanos, absolutamente imposibles de aguantar por nadie. Por lo que se necesitan ayudas químicas. Además esas ayudas químicas hacen imposible a su vez que alguien que no las tome pueda estar ahí. Así que no hay otra, no existe la opción de la limpieza. Pero si te pillan vulneras los valores y resultas un apestado, valores que se sustentan en una competición de entrenamientos y calendario sobrehumanos... (sigue el bucle).
El deporte profesional es, hoy por hoy, y no exagero, la historia de la evolución del dóping. No se entiende uno sin el otro.
A eso uno otro factor. Vivimos en una sociedad que por sus características no ofrece consuelo en el más allá. Esto es lo que hay. La vejez se prolonga con todos sus achaques, los padres cada vez tienen los hijos más y más mayores. Todo tiende a que la persona corriente obtenga cada vez con más frecuencia ayudas químicas para sobrellevar esto, para estar mejor. La evolución de las investigaciones harán que haya también cada vez sustancias más baratas e inocuas.
Así que al bucle que comentaba, con toda su hipocresía a cuestas, vamos a sumar a una población "suplementada" que sin embargo no consiente que aquel que ha de "suplementarse" con más razón que nadie lo haga, o se le puede linchar mediática y profesionalmente.
Estas sustancias proceden del ingenio humano, son asombrosas, y merecen conocerse y usarse con rigor, mesura y coherencia.
¿Cómo? No tengo ni idea, pero desde luego la situación actual me parece, a estas alturas, ridícula. Todo el mundo sabe que todos se dopan pero hacemos como que no lo sabemos y si pillamos a uno lo machacamos aunque estemos disfrutando de lo que hace y sepamos que se dopa pero si lo pillan... (otro bucle). Es que es absurdo, rematadamente absurdo. Y entre tanto, en la realidad, un altísimo número de deportistas, la mayoría, se están metiendo lo que pueden sin posibilidad de regular sus dosis ni conocer realmente los componentes y sus efectos.
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