La mayoría no habréis oído hablar de la polémica reciente en Shooto, con el despido de Taro Wakabayashi de la Asociación y demás, y algunos de vosotros habréis oído algo, pero enmarcándolo en la crisis extendida de las mma niponas supongo que tampoco os habrá extrañado. Sea como sea, ahí va un resumen rápido para que estéis al día.
Pues resulta que un veterano de Shooto, Noboru Asahi, desterrado de JSA (Japanese Shooto Association) en 2003, según él a causa de sus diferencias con los jefazos al respecto de la copromoción -necesaria en su opinión- entre Shooto, Deep y Pancrase*, presentó hace unos días una petición formal para que se hagan públicas las cuentas de JSA, acusando directamente a Wakabayashi de desviar fondos de la Asociación para sus propios asuntos, y exigiendo transparencia.
La petición viene firmada por shootors del peso de Norifumi "Kid" Yamamoto, Takanori Gomi, Hayato "Mach" Sakurai, Shinichi "B.J." Kojima, Shuichiro Katsumura, "Wicky" Akiyo Nishiura, o Enson Inoue. Y lo que es más importante si cabe, respaldada por la leyenda de la organización Rumina Sato.
Flanqueado por Sato y Yoshihiko Watanabe, director de Shooting Gym Hakkei, Asahi presentó el documento a Wakabayashi el pasado 23 de diciembre en un open amateur de Shooto... y digamos que no fue recibido con excesiva educación por parte de este último
Yuki Nakai ha salido en defensa de Wakabayashi. Dice que no hay pruebas de ese desvío de fondos, y que en cualquier caso no se le puede denunciar por nada ya que JSA no es un ente corporativo reconocido por el gobierno japonés, y que a la oficina de hacienda nipona le importa más bien poco a dónde van a parar los fondos mientras las tasas se paguen religiosamente.
Hasta ahí la cuestión legal (o sea nada, siempre que Wakabayashi presente en su declaración dentro de los próximos cinco años los beneficios que le han propiciado estos asuntos), pero lo que quieren los gimnasios va más allá, obviamente, porque se preguntan hasta qué punto esto era un proyecto común cuando un solo señor tenía potestad para hacer y deshacer y poner y llevarse a su antojo.
El tema es que ahora a Wakabayashi, una auténtica institución en Shooto, lo han apartado de sus funciones, pero Nakai (cofundador de Paraestra, por cierto) dice que de lo exponer las cuentas nada de nada. Y de entre todo este lío, lo bueno es que en abril habrá elecciones para formar el nuevo gabinete de JSA -hasta ahora elegido a dedo por el propio Wakabayashi-.
Y Sengoku sigue en la UCI...
Si lo de Shooto puede tener, dentro del escándalo, su punto de esperanza por la nueva etapa que parece iniciarse, la situación no puede ser peor para Sengoku. En mmaweekly informan de que su principal patrocinador, Don Quijote, ha retirado su apoyo, dejando a la compañía al borde del cierre. Todo parece indicar que de no aparecer un inversor de última hora, y no tiene pinta de que eso vaya a pasar, Sengoku se verá forzado a cesar sus operaciones.
Mal está la cosa para las mma niponas. Crucemos los dedos para que la cosa cambie, porque todo esto tiene muy pero que muy mala pinta.
* Hasta 2009, Pancrase y Shooto estaban enfrentadas (por los orígenes de una y otra, y la cuestionada legitimidad de algunos de los primeros combates de Pancrase), hasta el punto de que JSA revocaba la licencia a cualquiera de sus deportistas que osasen competir en Pancrase, mientras que en Pancrase tomaba medidas como obligar a los luchadores provenientes de gimnasios relacionados con Shooto a usar seudónimos en lugar de los nombre reales de sus lugares de entrenamiento.
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