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Os dejo este articulo de sherdog en castellano, que me ha parecido interesante:
Por Tomas Rios
Sherdog.com
He tenido suficiente de este negocio al que le gusta mirar hacia atrás, ya que todos sabemos que hacer afirmaciones sin fundamento sobre la importancia de futuros eventos es donde recae el interés. Con esto en mente, ha llegado el momento de echar un vistazo a las historias que conformarán el segundo semestre del 2010.
Por desgracia, la próxima pelea entre Mark Hunt y McCorkle Sean en UFC 119 no pasó el corte. Sin embargo, me atrevo a adivinar que va a ser una vista que ninguno de nosotros olvidará pronto.
El próximo emperador
La épica victoria de regreso de Brock Lesnar sobre Shane Carwin galvanizó duda su posición de supremacia en el peso pesado, pero esa distinción no es tan universalmente aceptada como lo fue con Fedor Emelianenko -- y con buena razón. El futuro a largo plazo de Carwin se parece a un paralelo de la carrera del boxeador Earnie Shavers -- un golpeador de calibre que estuvo cerca de tomar el titulo de los pesados sólo para perder de manera absurda cada vez.
Eliminar a un súper golpeador es una buena pluma en el sombrero, pero no tendrá a muchos a favor de comprar la idea de que Lesnar ha surgido como el peso pesado que trae condenación. La próxima pelea de Lesnar con el invicto Cain Velásquez en UFC 121 servirá como su oportunidad de demostrar que los años de bravatas dieron sus frutos.
Hype ha acompañado a Velázquez desde que primero entró en el gimnasio de American Kickboxing Academy y fue proclamado un campeón de los pesados en desarrollo. Velásquez, un favorito de los fanáticos a pesar de su personalidad de plomo, parece ser un candidato igual de fuerte que Lesnar para convertirse en el siguiente emperador, y hasta ahora, los fabricantes de opinión parecen estar de su lado.
Independientemente de las cantidades demenciales de pronósticos que entrarán en juego para tratar de predecir el ganador de esta lucha, nos estamos acercando a dar forma a un nuevo escenario del peso pesado. En UFC 117, Junior dos Santos luchará con Roy Nelson por una oportunidad por el titulo, que pone la mesa para otra pelea de peso pesado increiblemente importante.
Después de años de realizar peleas basura de peso pesado, la UFC finalmente está poniendo la mesa en la división que convirtió en una atracción de cabecera. Cómo se desarrolle esa historia ciertamente nos dará al próximo capo de la división de los pesados, o bien al próximo emperador.
Boxeo vs. MMA: La historia sin fin
Desde que Art Jimmerson apareció en el Octágono con un sólo guante de boxeo contra Royce Gracie en UFC 1, la narrativa del boxeo versus la MMA se ha desempeñado como Jason Voorhees -- sólo sigue volviendo.
La última reencarnación de este debate inútil sigue vigente, ya que el ex campeón pesado y semipesado de la UFC Randy Couture se enfrentará a James Toney en UFC 118. Sin faltar el respeto a Toney, un campeón de divisiones múltiples en el boxeo y luminario de la libra por libra, pero ha pasado un tiempo desde que alguien toma en serio al boxeador de 42 años de edad.
Para ser justos, nadie apuesta en Couture, de 47 años de edad, como un contendiente legitimo. Por supuesto, tiene el beneficio de que la pelea se lleva a cabo en su predio local, y, a diferencia de Toney, no es un boxeador de peso medio-soplado con una larga historia de idas y vueltas entre campos de entrenamiento y lineas de buffet. En otras palabras, esta pelea sirve como un ejercicio sin sentido que no prueba nada que los fanáticos no sepan - uno necesita entrenar MMA para ser bueno en MMA.
El presidente de la UFC Dana White sostiene que trajo a Toney a bordo como una forma de castigar a "Lights Out" por sus comentarios despectivos sobre el deporte. La cantidad de atención de los medios de comunicación y de fans que se está generando por esta pelea indica lo contrario, y, sin importar el resultado, será una gran noticia. Si se genera el dinero suficiente para que coincida con la promoción de la pelea, uno tiene que preguntarse si este tipo de maniobras para realizar peleas continuará bajo la bandera de la UFC.
Siempre habrá Kimbo Slices y James Toneys en el ambiente. La cuestión gira en torno a si la UFC puede equilibrar la legitimidad atlética y el espectáculo deportivo de promoción de su producto mientras persigue la ocasional pelota barata.
La madriguera de la lucha profesional
Hasta febrero, Bobby Lashley estaba el pluriempleo como artista de artes marciales y recogiendo un cheque por su trabajo como luchador profesional. Dave Batista, por su parte, estuvo en la nómina de la World Wrestling Entertainment en mayo, y su deseo de convertirse en un artista de artes marciales combinadas ha producido más sonido de picaduras que agotadoras sesiones de entrenamiento.
Sin embargo, estos son dos hombres que Strikeforce podria ofrecer en su aún teórico debut de PPV. Si tu estómago no se retorció después de leer esa frase, entonces formas parte de la audiencia objetivo para este tipo de callos.
Realizar eventos PPV sigue siendo un juego de alto riesgo y uno con el que Strikeforce está familiarizado, por lo que tiene sentido que quiera atraer a tantos compradores como sea posible. Es una estrategia que Zuffa ha utilizado con gran éxito tras haber adquirido a la UFC al usar nombres como Ken Shamrock y Royce Gracie para catapultar las carreras de sus súper-estrellas de nueva generación.
La segunda mitad de la ecuación fue clave para la UFC, ya que hizo productos financiables desde Tito Ortiz a Matt Hughes. Los beneficios potenciales de enfrentar a Lashley contra Batista existen solamente en el corto plazo, ya que ninguno jamás será una amenaza para la elite de los pesados. Después de todo, estamos hablando de un Batista de 41-años de edad sin experiencia en el deporte de combate y un Lashley de 34-años de edad quien solia luchar en las 177 libras antes de inflarse como un globo para pelear en las 273 libras de la WWE.
El hecho de que Strikeforce siga o no con esta idea estúpida será una de esas historias que los futuros analistas tomarán como referencia cuando intenten ubicar los puntos claves de la historia de la organización.
Strikeforce vs. Showtime, M-1 Global
Casi todas las quejas impuestas en contra de Strikeforce se reducen a la incipiente pelea handicap entre la promoción y Showtime y M-1 Global. La segunda mitad del 2010 parece un momento propicio para que el conflicto hierva a la esfera pública.
Aunque los problemas entre los tres grupos son de conocimiento público, se han mantenido a oscuras en gran medida gracias a la extraña marca de diplomacia del CEO de Strikeforce, Scott Coker. Sin embargo, con Fedor Emelianenko sólo a una pelea de la agencia libre y sus contactos de M-1 enigmáticos como de costumbre, se nos garantiza al menos una historia que hará que la saga de Brett Favre parezca como un cambio bienvenido de ritmo.
Luego está Showtime, un canal de cable premium que algunos creen que está intentando entrar en el mercado de MMA al microgestionar a Strikeforce. Por desgracia para Strikeforce, hay poco que pueda hacer ya que la promoción necesita desesperadamente la exposición que Showtime puede pagar. De pronto, la decisión de la UFC de retirarse de las negociaciones con HBO parece francamente inspirada.
En algún lugar debajo de todo el rencor y sin sentido existe una promoción que muere por salir a la luz. Tal vez la parte más frustrante de todo esto sea que Strikeforce no merece bajo ningún aspecto la culpa que se le carga por este fiasco. Nada de eso cambia el hecho de que Strikeforce haya realizado múltiples acuerdos con el diablo, y el precio será más empinado a medida que pase el año.
En pocas palabras, ¿Alguno de ustedes apostaria a que Emelianenko vuelva a pelear este año? No olvidemos que estamos hablando de la misma promoción que necesitó casi tres años para lograr que su campeón pesado defienda su titulo.
Por Tomas Rios
Sherdog.com
He tenido suficiente de este negocio al que le gusta mirar hacia atrás, ya que todos sabemos que hacer afirmaciones sin fundamento sobre la importancia de futuros eventos es donde recae el interés. Con esto en mente, ha llegado el momento de echar un vistazo a las historias que conformarán el segundo semestre del 2010.
Por desgracia, la próxima pelea entre Mark Hunt y McCorkle Sean en UFC 119 no pasó el corte. Sin embargo, me atrevo a adivinar que va a ser una vista que ninguno de nosotros olvidará pronto.
El próximo emperador
La épica victoria de regreso de Brock Lesnar sobre Shane Carwin galvanizó duda su posición de supremacia en el peso pesado, pero esa distinción no es tan universalmente aceptada como lo fue con Fedor Emelianenko -- y con buena razón. El futuro a largo plazo de Carwin se parece a un paralelo de la carrera del boxeador Earnie Shavers -- un golpeador de calibre que estuvo cerca de tomar el titulo de los pesados sólo para perder de manera absurda cada vez.
Eliminar a un súper golpeador es una buena pluma en el sombrero, pero no tendrá a muchos a favor de comprar la idea de que Lesnar ha surgido como el peso pesado que trae condenación. La próxima pelea de Lesnar con el invicto Cain Velásquez en UFC 121 servirá como su oportunidad de demostrar que los años de bravatas dieron sus frutos.
Hype ha acompañado a Velázquez desde que primero entró en el gimnasio de American Kickboxing Academy y fue proclamado un campeón de los pesados en desarrollo. Velásquez, un favorito de los fanáticos a pesar de su personalidad de plomo, parece ser un candidato igual de fuerte que Lesnar para convertirse en el siguiente emperador, y hasta ahora, los fabricantes de opinión parecen estar de su lado.
Independientemente de las cantidades demenciales de pronósticos que entrarán en juego para tratar de predecir el ganador de esta lucha, nos estamos acercando a dar forma a un nuevo escenario del peso pesado. En UFC 117, Junior dos Santos luchará con Roy Nelson por una oportunidad por el titulo, que pone la mesa para otra pelea de peso pesado increiblemente importante.
Después de años de realizar peleas basura de peso pesado, la UFC finalmente está poniendo la mesa en la división que convirtió en una atracción de cabecera. Cómo se desarrolle esa historia ciertamente nos dará al próximo capo de la división de los pesados, o bien al próximo emperador.
Boxeo vs. MMA: La historia sin fin
Desde que Art Jimmerson apareció en el Octágono con un sólo guante de boxeo contra Royce Gracie en UFC 1, la narrativa del boxeo versus la MMA se ha desempeñado como Jason Voorhees -- sólo sigue volviendo.
La última reencarnación de este debate inútil sigue vigente, ya que el ex campeón pesado y semipesado de la UFC Randy Couture se enfrentará a James Toney en UFC 118. Sin faltar el respeto a Toney, un campeón de divisiones múltiples en el boxeo y luminario de la libra por libra, pero ha pasado un tiempo desde que alguien toma en serio al boxeador de 42 años de edad.
Para ser justos, nadie apuesta en Couture, de 47 años de edad, como un contendiente legitimo. Por supuesto, tiene el beneficio de que la pelea se lleva a cabo en su predio local, y, a diferencia de Toney, no es un boxeador de peso medio-soplado con una larga historia de idas y vueltas entre campos de entrenamiento y lineas de buffet. En otras palabras, esta pelea sirve como un ejercicio sin sentido que no prueba nada que los fanáticos no sepan - uno necesita entrenar MMA para ser bueno en MMA.
El presidente de la UFC Dana White sostiene que trajo a Toney a bordo como una forma de castigar a "Lights Out" por sus comentarios despectivos sobre el deporte. La cantidad de atención de los medios de comunicación y de fans que se está generando por esta pelea indica lo contrario, y, sin importar el resultado, será una gran noticia. Si se genera el dinero suficiente para que coincida con la promoción de la pelea, uno tiene que preguntarse si este tipo de maniobras para realizar peleas continuará bajo la bandera de la UFC.
Siempre habrá Kimbo Slices y James Toneys en el ambiente. La cuestión gira en torno a si la UFC puede equilibrar la legitimidad atlética y el espectáculo deportivo de promoción de su producto mientras persigue la ocasional pelota barata.
La madriguera de la lucha profesional
Hasta febrero, Bobby Lashley estaba el pluriempleo como artista de artes marciales y recogiendo un cheque por su trabajo como luchador profesional. Dave Batista, por su parte, estuvo en la nómina de la World Wrestling Entertainment en mayo, y su deseo de convertirse en un artista de artes marciales combinadas ha producido más sonido de picaduras que agotadoras sesiones de entrenamiento.
Sin embargo, estos son dos hombres que Strikeforce podria ofrecer en su aún teórico debut de PPV. Si tu estómago no se retorció después de leer esa frase, entonces formas parte de la audiencia objetivo para este tipo de callos.
Realizar eventos PPV sigue siendo un juego de alto riesgo y uno con el que Strikeforce está familiarizado, por lo que tiene sentido que quiera atraer a tantos compradores como sea posible. Es una estrategia que Zuffa ha utilizado con gran éxito tras haber adquirido a la UFC al usar nombres como Ken Shamrock y Royce Gracie para catapultar las carreras de sus súper-estrellas de nueva generación.
La segunda mitad de la ecuación fue clave para la UFC, ya que hizo productos financiables desde Tito Ortiz a Matt Hughes. Los beneficios potenciales de enfrentar a Lashley contra Batista existen solamente en el corto plazo, ya que ninguno jamás será una amenaza para la elite de los pesados. Después de todo, estamos hablando de un Batista de 41-años de edad sin experiencia en el deporte de combate y un Lashley de 34-años de edad quien solia luchar en las 177 libras antes de inflarse como un globo para pelear en las 273 libras de la WWE.
El hecho de que Strikeforce siga o no con esta idea estúpida será una de esas historias que los futuros analistas tomarán como referencia cuando intenten ubicar los puntos claves de la historia de la organización.
Strikeforce vs. Showtime, M-1 Global
Casi todas las quejas impuestas en contra de Strikeforce se reducen a la incipiente pelea handicap entre la promoción y Showtime y M-1 Global. La segunda mitad del 2010 parece un momento propicio para que el conflicto hierva a la esfera pública.
Aunque los problemas entre los tres grupos son de conocimiento público, se han mantenido a oscuras en gran medida gracias a la extraña marca de diplomacia del CEO de Strikeforce, Scott Coker. Sin embargo, con Fedor Emelianenko sólo a una pelea de la agencia libre y sus contactos de M-1 enigmáticos como de costumbre, se nos garantiza al menos una historia que hará que la saga de Brett Favre parezca como un cambio bienvenido de ritmo.
Luego está Showtime, un canal de cable premium que algunos creen que está intentando entrar en el mercado de MMA al microgestionar a Strikeforce. Por desgracia para Strikeforce, hay poco que pueda hacer ya que la promoción necesita desesperadamente la exposición que Showtime puede pagar. De pronto, la decisión de la UFC de retirarse de las negociaciones con HBO parece francamente inspirada.
En algún lugar debajo de todo el rencor y sin sentido existe una promoción que muere por salir a la luz. Tal vez la parte más frustrante de todo esto sea que Strikeforce no merece bajo ningún aspecto la culpa que se le carga por este fiasco. Nada de eso cambia el hecho de que Strikeforce haya realizado múltiples acuerdos con el diablo, y el precio será más empinado a medida que pase el año.
En pocas palabras, ¿Alguno de ustedes apostaria a que Emelianenko vuelva a pelear este año? No olvidemos que estamos hablando de la misma promoción que necesitó casi tres años para lograr que su campeón pesado defienda su titulo.
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