Una de las principales estrellas de la MMA, la norteamericana Ronda Rousey, sintió el gusto de participar de una Olimpiada antes de encarar el octágono. Medallista de bronce en Beijing 2008, la luchadora recordó la experiencia en el evento, especialmente el contacto «inolvidable» con la principal figura de su país en el momento: el nadador Michael Phelps.
«Michael Phelps necesita una sección privada dentro del club para ser usada sólo por él, nadie más. Los jugadores de la NBA que estaban eran tan estrellas como el y ellos andaban con nosotros. ‘Hola, nosotros somos compañeros de delegación, y no un bando de seguidores. Ven a pasear con nosotros’. ¿Quién diablos eres al final?» dijo la luchadora en un video publicado por USA Today.
En Beijing 2008, Michael Phelps terminó la Olimpiada como astro principal gracias al récord de medallas alcanzado. El norteamericano conquistó ocho oros y superó la marca de siete del también nadador Mark Spitz, que sumó siete victorias en las piscinas en la edición de Múnich, en 1974.
Pese al rendimiento histórico del nadador, Rousey mostró irritación con la conducta del atleta. «No me gusta ser compañera de equipo de alguien y ser tratada como una fanática. No tenía ganas de saludarlo (Phelps)» contó la luchadora antes de enviarle un «mensaje» a Phelps, que intentará romper nuevas marcas en los Juegos de Londres 2012.
«Obtén más de ti mismo. Todo lo que haces es nadar. Si alguien te pega cada vez que saltas a la piscina, ahí te tendría más respeto, pero ya fui nadadora y se lo que es eso… Entonces no puedes decirme que la natación es todo, porque no lo es», afirmó la atleta.